martes, 12 de junio de 2007

El genio

Un día, volviendo a casa desde trabajo, observé como, tirada junto a la basura, había una tetera con un brillo especial. Me extrañó que siendo algo tan evidente, nadie se hubiese percatado.

Miré a mi alrededor buscando al equipo de la cámara oculta. En su lugar, y aparcada en la siguiente manzana, estaba una furgoneta con unas tablas de surf atornilladas en la baca, y a unos “colgados” en su interior.

Sin pensármelo dos veces, agarré la tetera, la froté, creyendo que no dejaría de ser una estupidez. La tetera, haciendo honor a su nombre, comenzó a silbar. Del susto, me caí, y al levantarme, noté cierta presencia. Junto a la tetera, había un hombre, cruzado de brazos, y con un diente de oro:

- Hola -me dijo.
- ¿Has visto lo que ha pasado?.
- Si, claro, he sido yo.
- ¿Tú? ¿Cómo que has sido tú?.
- Si, yo. ¿Nunca has oído hablar del genio de la lámpara?
- ¿Un genio tú?
- Bueno, chico –me contestó- estamos en el siglo XXI, conviene ser discreto. Quizás esperabas a un genio musculoso enorme, calvo, con perilla y con pendiente, pero unas vacaciones en Ibiza hicieron que aquel look fuese imitado.
- Entonces, ¿Es verdad? ¿Me concederás los tres deseos? ¿O me vas a vender un seguro? ¿No me pedirás que haga algo sucio a cambio, no?
- Gggrrr..., maldita sociedad del bienestar. Vamos a ver, ¿Todo el mundo tiene que hacer las cosas por algún motivo? ¿Qué pasa si quiero concederte tres deseos por nada? ¿Por qué frotaste mi lámpara? ¿Creíste en mí cuando lo hiciste, no? Pues entonces!!!
- Ya.
- Venga, que no tengo toda la noche -me increpó, utilizando una frase hecha que he escuchado alguna que otra vez.
- Entonces ¿Puedo pedir cualquier cosa? -continue yo, en modo aprendiz.
- Si, no hay problema, no te voy a cuestionar. Puedes pedir viajar en el tiempo, que desaparezcan los dinosaurios, lo que te de la gana...
Pensando que este hombre me estaba tomando el pelo, vi salir a un tuno de un portal cercano. Así que siguiendo con la gracia le dije...
- "Quiero que desaparezca la tuna".
- Que así sea. Cuando dirigí la mirada hacia el tuno... Había desaparecido!!! La interpretacion musical habia subido algunos puntos.
- Te quedan dos.
- Está bien (pensé que aquel tuno se habría escondido o algo así), pero déjame pensar un poco...
- Teniendo en cuenta los deseos tan estúpidos que me han pedido, y siendo razonable, te concederé un poco más de tiempo.
No me hizo falta...
- "Quiero que haya paz en el mundo".
- Que así sea.
Noté una extraña sensación, noté la felicidad de la gente y la ruina de algún fondo de inversión.
- Bueno, no está mal. Es la vigesimocuarta vez que me lo piden.
Me quedé perplejo. Quizás este genio era más promiscuo de lo que parecía.
- Pero ¿Cómo? ¿Te lo han pedido más veces? ¿Y como es que sigue habiendo guerras?
- Muy sencillo, mi lámpara es un poder que puede caer en buenas o en malas manos. Mi amo puede ser una quinceañera que desea pasar una noche con su ídolo, o un ambicioso ejecutivo de una empresa que fabrica armas, ¿lo entiendes?
Sin pensármelo dos veces, mientras el genio acababa de hablar, le dije, con tono imperativo:
- Genio, mi tercer deseo.
- Dispara.
- "Quiero que aparezca un genio y me conceda tres deseos".
- Que así sea –repitió por tercera y ¿última? vez el genio.

Para entender bien el concepto de recursividad primero hay que entender bien el concepto de recursividad.

"Sólo hay diez clases de personas: Las que conocen el código binario y las que no."

3 comentarios:

Unknown dijo...

Una cosa, en qué calle fue eso y qué cubos eran???? más que nada para pasar por allí, que tengo mucho que pedir... GENIAL!!!

Unknown dijo...

Buena idea la de pedir otro genio como último deseo, si es que eres más listo!!!!!
Yo he imaginado muchas veces que todo el mundo se paraliza durante una hora, excepto yo; y le doy vueltas y vueltas a la idea de qué hacer? había pensado que bajar los pantalones a todo el que pudiera y asi cuando despertaran de esa hora inexistente para ellos, fliparan! pero vamos si se te ocurre algo mejor, porfa dimelo, por si me llega pronto.
Eres muy divertido Alexi, pero eso ya lo sabías...

Teresa dijo...

Lo que se perdió Aladino por no haberte conocido antes...